La Biblia enseña que Jesús vendrá por segunda vez, aunque sus pies nunca tocarán la tierra (1 Tesalonicenses 4:16-17). Aquí, sin embargo, presentamos varias razones por las que Jesús vino la primera vez.
La Encarnación de “la Palabra”
Hace unos dos mil años, llegó el momento para que “el Verbo” se hiciera carne (Juan 1:1,14). Aunque se describe a Jesús como alguien que estaba “con Dios”, el apóstol Juan también nos dice que “era Dios”, una clara referencia a su naturaleza divina. Durante toda la eternidad, el Verbo, la persona de la Deidad a la que ahora conocemos como Jesús, había estado con el Padre… pero ahora era el momento para que estuviera “con nosotros” (Mateo 1:23).
Jesús tuvo al menos cinco objetivos durante su primera venida
(1) Adquirir una forma humana. El primer objetivo para Jesús era ser “hecho semejante a los hombres” (Filipenses 2:7; comparar Lucas 1:34-35; Gálatas 4:4). Para que Jesús “expiara” nuestros pecados, primero tuvo que ser “semejante” a nosotros (Hebreos 2:17). Era necesario que tuviera un cuerpo físico para ofrecer el sacrificio que Dios deseaba (Hebreos 10:5).
(2) Cumplir las profecías del Antiguo Testamento. Después de su resurrección de entre los muertos, Jesús explicó a dos discípulos en el camino a Emaús las partes del Antiguo Testamento que hablan de él (Lucas 24:27). Más tarde, se reunió con los apóstoles y les dijo: “Éstas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos” (Lucas 24:44).
(3) Enseñarnos más perfectamente sobre la naturaleza de Dios. La persona de Jesús proporciona la respuesta perfecta a la pregunta “¿Cómo es Dios?” En Juan 14:7, Jesús dijo a los apóstoles: “Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto”. Por esta misma razón, el apóstol Pablo escribió más tarde: “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Colosenses 2:9).
(4) Dejarnos un ejemplo. No podemos argumentar que Dios no sabe cómo es para los humanos servirle fielmente en medio del sufrimiento. Jesús nos muestra que esto es posible (1 Pedro 2:19-21; Hebreos 12:2-3). También nos ha dejado un ejemplo perfecto de la importancia de servirnos unos a otros (Juan 13:15).
(5) Morir por el hombre pecador. Según “el plan predeterminado y el previo conocimiento de Dios” (Hechos 2:23 LBLA; 4:28), Jesús dio su vida en rescate por todos para que en él podamos recibir el perdón de los pecados (Efesios 1:7; 1 Timoteo 2:6).
Un principio fundamental impulsó a Jesús a venir a la tierra y cumplir estos objetivos perfectamente: ¡EL AMOR! “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
–Jerry Falk