Somos propensos a honrar a Pablo y olvidar a las muchas personas comunes que ayudaron a hacer que su ministerio fuera posible. Pablo fue el autor humano de la epístola a los romanos, pero Tercio la escribió (Romanos 16:22), Gayó le dio a Pablo un lugar para vivir y trabajar (Romanos 16:23) y Febe podría haber llevado la carta terminada a Roma (Romanos 16:1-2). Nadie en la familia de Dios carece de importancia para Él y ningún ministerio es insignificante. Encuentre usted el trabajo que Dios quiere que haga y hágalo fielmente.
Preguntas sin respuesta
Hay un “romance oculto de la historia” que no está registrado en la Biblia. ¿Cuándo y cómo se arriesgaron Priscila y Aquila la vida para salvar a Pablo (Romanos 16:3–4)? ¿Cuándo estuvieron Andrónico y Junias encarcelados con Pablo (Romanos 16:7)? ¿Cómo fue la madre de Rufo una “madre” para Pablo (Romanos 16:13)? ¿Quiénes fueron los alborotadores acerca de los cuales Pablo advirtió a los creyentes romanos (Romanos 16:17-18)? Quizás algún día en el cielo se nos darán las respuestas.
Poniendo nuestro “granito de arena”
Mientras tanto, lo importante es que seamos obedientes al Señor (Romanos 16:19) y guiemos a otros a la “obediencia a la fe” (Romanos 16:26). El Dios de la paciencia y de la consolación (Romanos 15:5), el Dios de esperanza (Romanos 15:13) y el Dios de paz (Romanos 16:20) le confirmará y capacitará (Romanos 16:25).
–Kenny Chumbley