El siguiente párrafo se ha tomado de una campaña antidrogas en España hace varios años:
“Tengo algo para ti. NO. Venga, hombre. NO. Prueba un poco. NO. Te gustará. NO. Vas a alucinar. NO. No te cortes. NO. ¿Tienes miedo? NO. No seas gallina. NO. Sólo una vez. NO. Te sentará bien. NO. Venga, vamos. NO. Tienes que probar. NO. Hazlo ahora. NO. No pasa nada. NO. Lo estás deseando. NO. Di que sí. NO. EN EL TEMA DE LA DROGA TU TIENES LA ULTIMA PALABRA” (ABC, Sevilla, 16 de dic. de 1993).
Vivimos en un mundo en que la mayoría busca incansablemente nuestra conformidad… y no solamente con relación al uso de sustancias controladas. Nuestros familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, compañeros de clase, etc. piensan que nuestra vida tiene que alinearse con la de ellos.
No obstante, en cuanto a la participación en las cosas de este mundo que violan la voluntad de Dios, tú tienes la última palabra. ¡NO!
El mundo quiere que nos sintamos desgraciados porque somos diferentes, pero nuestra mentalidad debería ser exactamente lo contrario. Somos los hombres y mujeres más dichosos de la tierra porque, al apartarnos de las cosas pecaminosas que nos rodean, sabemos que tenemos comunión con nuestro Dios (2 Corintios 6:16-18).
Por lo tanto, si el mundo nos frunce el ceño porque somos diferentes, sigamos confiando plenamente en nuestro Aliado Celestial. Tenemos un Amigo que nos ha rescatado de nuestra “vana manera de vivir … con la sangre preciosa de Cristo” (1 Pedro 1:18).
–Jerry Falk