En Judea, Jesús estaba atrayendo más y más atención. Las escenas presentadas en el texto de Lucas se mueven progresivamente desde una casa privada (Lucas 10:38ss) a un pequeño grupo de discípulos (Lucas 11:1ss) hasta una multitud (Lucas 11:27). Finalmente, Lucas 11:29 nos dice que “la multitud se aglomeraba” (LBLA). Todos sin excepción consideraríamos que este aumento de popularidad es una clara señal de éxito. Tal como se demuestra por nuestra obsesión por las redes sociales con sus “videos virales” y grandes cantidades de “visitas” en los sitios web, tenemos un profundo deseo de ser mayoría. Los grandes números validan nuestras propias creencias. Si la gente viene, razonamos, ¡entonces sigue dándole a la gente lo que quiere!
Las siguientes palabras sorprendentes de Jesús en Lucas 11:29 demuestran que operaba bajo un paradigma completamente diferente y sirven para reprender nuestro deseo por la aprobación de muchos. En lugar de disfrutar este aparente “éxito” y elogiar a los que se estaban congregando, aprovechó la ocasión para condenar una actitud equivocada entre la multitud, proclamando: “Esta generación es una generación perversa” (LBLA). Las masas se habían reunido al escuchar sus obras milagrosas y exigían aún más señales del cielo (Lucas 11:14-16). Jesús no carecía de poder para proporcionar tales señales para agradar a la multitud, pero se negó a hacerlo, lo que provocó problemas fundamentales de corazón. Sabía que los grandes números no equivalían a gran gloria para Dios. Podemos hacer algunas aplicaciones de este principio.
Aplicación 1: Cuidado con la motivación primaria de nuestros propios corazones.
Como parte de su reprensión y exhortación, Jesús advierte: “La lámpara del cuerpo es el ojo…Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas” (Lucas 11:34-35). ¿Dónde se enfocan su visión y percepción espirituales? Nuestras elecciones son el camino de los muchos o el camino de la voluntad de Dios. El seguir la voluntad de Dios, incluso cuando no es popular, a menudo nos colocará en un camino solitario. “Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo” (Gálatas 1:10).
Aplicación 2: Tenga cuidado con los grupos que se preocupan por agradar a las multitudes.
No hay escasez de iglesias con prácticas y actividades tan ajenas a la Biblia que los cristianos de los tiempos del Nuevo Testamento las encontrarían irreconocibles. Muchas iglesias han abrazado descaradamente el mundo del entretenimiento, la búsqueda de la prosperidad material y los mensajes de sentirse bien que no ofenden a nadie, pero no abordan la enseñanza bíblica sobre el pecado y la salvación. ¿Por qué? Sus primeras preguntas son: “¿Qué quiere la gente? ¿Cómo podemos recibirlos en nuestros locales?” Así que, atienden a caprichos generacionales. Jesús, por contraste, quería corazones completamente convertidos a la verdad de Dios, ya sean muchos o pocos. Manténgase alejado de los grupos que no comparten este espíritu.
Aplicación 3: No se desanime por la oposición.
Me sorprende constantemente la reacción hostil a los esfuerzos por compartir el mensaje de gracia del evangelio. La gente buscará cualquier pretexto posible para rechazarlo, al igual que algunos en esta multitud estaban dispuestos a promover la ridícula afirmación de que Jesús estaba expulsando los demonios al servicio de Satanás (Lucas 11:15). Sin embargo, la oposición de la mayoría a veces puede hacer que dudemos nuestras propias convicciones. “¿Estoy equivocado?” nos preguntamos. Jesús nunca vaciló; tampoco debemos nosotros mientras perseveremos en la palabra de Dios.
—Brigham Eubanks