Felipe, un evangelista en los tiempos primitivos de la iglesia de Cristo, fue a Samaria para predicarles a Jesús (Hechos 8:5). Sucedió que ya existía una religión bien arraigada entre los residentes de esa ciudad. Podríamos llamarla “el simonismo”, y Hechos 8:9-11 la describe: “Cierto hombre llamado Simón, hacía tiempo que estaba ejerciendo la magia en la ciudad y asombrando a la gente de Samaria, pretendiendo ser un gran personaje; y todos, desde el menor hasta el mayor, le prestaban atención, diciendo: Este es el que se llama el Gran Poder de Dios. Le prestaban atención porque por mucho tiempo los había asombrado con sus artes mágicas”.
Cabe enfatizar que ésta era una religión falsa. La religión falsa sigue siendo un arma en las manos de Satanás hasta el día de hoy. ¿Por qué le es tan eficaz? Usemos las actitudes de los samaritanos para notar unas razones por las que la gente hoy en día también sigue creyendo en ideas religiosas falsas.
Motivo equivocado para creer #1: Proclamaciones hechas con mucha convicción
Simón insistía que era “un gran personaje”. Hoy en día, fácilmente podemos ser engañados por un mensaje falso simplemente porque alguien lo proclama con mucho entusiasmo y convicción.
Motivo equivocado para creer #2: Aceptación universal
Nuestro fuerte instinto es conformarnos a lo que la mayoría acepta. Los samaritanos lo sentían: “todos, desde el menor hasta el mayor, le prestaban atención”. Sin embargo, la mayoría puede estar equivocada –y muy a menudo lo es. Lo que es popular en un lugar o generación dada no tiene valor ninguno para establecer lo que es verdad.
Motivo equivocado para creer #3: Los grandes entre nosotros lo creen
El hecho de que los “mayores” entre los samaritanos creían en Simón como “el Gran Poder de Dios” a lo mejor servía mucho para convencer a los “menores” entre ellos. En ninguna época más que la nuestra ha exaltado la sociedad al conocimiento humano, de manera que aceptamos por verdad lo que digan los profesores en las universidades, los científicos, los líderes civiles, las celebridades, etc. ¡Me parece evidente que estos “grandes” entre nosotros son los mismos que generalmente nos llevan lejos de la verdad de Dios en nuestra generación!
Motivo equivocado para creer #4: La tradición
“Le prestaban atención porque por mucho tiempo los había asombrado con sus artes mágicas,” nos cuenta el versículo 11. Muchos hoy en día persisten en su religión falsa simplemente porque han estado en ella durante muchos años, o porque sus padres, sus abuelos, sus bisabuelos, y por el tiempo que fuera su familia la ha practicado. Puede que la tradición sea firmemente arraigada en su cultura. Dios nos llama a romper con la tradición si está mal.
Motivo equivocado para creer #5: Las “experiencias” asombrosas
De hecho, Simón asombraba a los ciudadanos de Samaria. ¡Pero sus obras eran trucos! Así hoy en día la gente se deja llevar por charlatanes que manipulan sus emociones. A lo peor, los engañadores practican magia parecida a la de Simón, o promueven “milagros” que en realidad no se asemejan nada a los milagros registrados en las escrituras. Podemos hasta incluso poner en esta categoría a aquellas organizaciones y mensajes que enfatizan las emociones en vez de predicar la verdad, o las “experiencias” personales de la gente –visiones, sueños, señales– que son muy convincentes para ellos, pero que son sujetas a sus propias interpretaciones.
Reflexionemos cuidadosa y honestamente acerca de lo que son nuestros motivos para continuar en nuestras creencias religiosas. ¡La única motivación aceptable es una búsqueda sincera de la verdad!
–Brigham Eubanks