Algunos tienen la impresión de que con la venida de Jesús, Dios ya no ve la homosexualidad de la misma manera que la veía cuando hizo llover azufre y fuego sobre las ciudades de Sodoma y Gomorra. Están equivocados. A través de su portavoz, el apóstol Pablo, Jesús enseña que la homosexualidad es una pasión “degradante”, “contra la naturaleza” y “vergonzoso”.
Romanos 1:26-27 dice: “Por esta razón Dios los entregó a pasiones degradantes; porque sus mujeres cambiaron la función natural por la que es contra la naturaleza; y de la misma manera también los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lujuria unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos el castigo correspondiente a su extravío” (LBLA).
Una mirada más detallada del libro de Romanos, en el capítulo uno, indica que los hombres y las mujeres se complacen en el comportamiento homosexual (y en cualquier otro tipo de maldad, vea Romanos 1:28-31) porque “detienen con injusticia la verdad” (Romanos 1:18), permiten que su corazón sea entenebrecido (Romanos 1:21), se hacen “necios” (Romanos 1:22) y “cambia[n] la verdad de Dios por la mentira” (Romanos 1:25). Al igual que la fornicación heterosexual, la homosexualidad es inmoral y evitará que uno herede el reino de Dios.
Como respuesta, nos aseguran de que: “¡Los homosexuales no pueden cambiar!” Esta es una de las mentiras más exitosas de Satanás. La Biblia refuta sus mentiras, y esta en particular.
1 Corintios 6:9-11 dice: “¿O no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos de vosotros; pero fuisteis lavados, pero fuisteis santificados, pero fuisteis justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios” (LBLA).
“El tiempo pasado ‘esto erais algunos de vosotros’ no puede ser ignorado. Pablo no se dirige a ‘cristianos homosexuales’. Se dirige a los que antes eran homosexuales y que ahora eran cristianos. Se había producido una transición…” (James R. White y Jeffrey D. Niell, Same Sex Controversy, p. 151). Se habían lavado en las aguas del bautismo (Hechos 18:8). Como resultado, Dios los santificó, haciendo que fueran santos y los justificó, perdonándoles los pecados (comparar Hechos 2:36-38; 22:16). Fueron resucitados de entre los muertos para caminar en una vida nueva (Romanos 6:1-23). Ahora podían recordar un estilo de vida que ya no era el suyo.
“Esto erais algunos de vosotros”, ¡pero ya no lo eran! No había “cristianos homosexuales” en la iglesia de Corinto como tampoco había cristianos adúlteros, cristianos ladrones, cristianos estafadores ni cristianos fornicadores.
Esta es una buena noticia para todos los que desean tener comunión con el Dios vivo, incluidos los homosexuales. Porque como el ladrón y el borracho, el adúltero y el fornicario, el mentiroso y el codicioso, ¡ellos también pueden ser limpiados de sus pecados a través de la sangre de Jesús, y transformar sus vidas! ¡A través de Cristo, el cambio es posible para todos!
Dios le ama y desea su salvación (Juan 3:16-17). ¿Le gustaría estar bien con Él? Si es así, entonces actúe hoy mientras todavía hay oportunidad. Le ruego “en nombre de Cristo: reconcíla[te] con Dios” (2 Corintios 5:20).
–Kieran Murphy