¿De dónde vino todo?
El cristianismo y la cosmovisión materialista de los escépticos modernos ofrecen explicaciones muy contrastantes acerca del origen de la naturaleza y de la vida. ¿Son las plantas y los animales, así como su hogar, la tierra, la obra de un Creador benevolente y todopoderoso, o el resultado de fuerzas físicas ciegas y sin sentido que operan sobre la materia eterna a lo largo de eones?
Sobre esta cuestión, al menos dos afirmaciones deben considerarse axiomáticas (es decir, muy claras y evidentes). Primero, nuestras convicciones sobre este tema tienen implicaciones drásticas para todos los aspectos de la vida, especialmente los más fundamentales. ¡No podemos permitirnos evitar la pregunta, ni responder incorrectamente! Segundo, debería ser tan obvio que la respuesta cristiana es abrumadoramente preferible a la desesperada dada por los incrédulos. Siempre me sorprende que la gente deba luchar con uñas y dientes para defender la idea de que son un mero conjunto de átomos sin ningún valor más cierto que el charco de lodo más cercano.
Los sistemas complejos muestra diseño
Afortunadamente para nosotros, Dios ha dejado evidencia de que su sabiduría eterna es responsable del mundo natural. En cada nivel de la naturaleza, observamos sistemas complejos con partes que interactúan; tales sistemas fallan si incluso una parte está ausente. La explicación lógica del origen de estos sistemas es que fueron diseñados por una Mente Inteligente, no por la lenta agregación de elementos a lo largo de millones de años.
A menudo me obstaculizan los problemas mecánicos en mi auto. Parece que cuando surge un problema, aunque sea relativamente pequeño, el funcionamiento de todo el vehículo se descompone. Esto se debe a que todas las partes fueron diseñadas (imaginadas, moldeadas y ensambladas) para trabajar juntamente. Si podemos deducir por mirar tal sistema que fue formado por la inteligencia, mucho más deberíamos llegar a esta conclusión al mirar la biología. Cada célula de cada organismo es mucho más compleja que un automóvil — ¡o una nave espacial!
Ejemplos de diseño
Uno sólo tiene que mirar el diagrama de una célula para ver que funciona como una fábrica bien organizada. El ADN (bibliotecas llenas de planos) contiene instrucciones para el desarrollo y la forma final de cada micro y macro estructura en un organismo. Las reacciones químicas y diversos órganos trabajan juntos para garantizar el funcionamiento adecuado de cada acción corporal necesaria. A un nivel holístico, cada animal requiere una gran cantidad de sistemas (digestivos, respiratorios, nerviosos, reproductivos, etc.), y la descomposición de uno solo sería fatal. Nuestros cuerpos, y el de cualquier otro organismo, presentan una complejidad sobre complejidad.
Más allá de eso, los entornos y comportamientos requieren especialización. Para golpear los árboles y encontrar su alimento, el pájaro carpintero necesita un pico fuerte, amortiguadores en su cráneo y una lengua larga y pegajosa para quitar los insectos. Estos rasgos serían inútiles o dañinos si no estuvieran presentes simultáneamente en un sistema especializado con un propósito específico. Las interacciones de muchos organismos en una “red alimentaria” de un hábitat dado también demuestran una complejidad que depende de sus partes constituyentes. ¡Todo esto apunta al diseño!
La propaganda de la evolucion
Dado que la idea de creación se considera religiosa y la enseñanza de la religión está prohibida en las escuelas de este país, se permite que las explicaciones naturalistas del origen del mundo reinen libremente en nuestras aulas, así como el alarde infundado de que son las únicas explicaciones razonables y objetivamente válidas. A menudo me pregunto si las personas simplemente crecen creyendo esta mentira porque se les repite con tanta frecuencia y vehemencia.
Vale la pena investigar los fallos lógicos de la evolución, y más aún porque el mito nos priva de nuestra humanidad e invalida nuestra búsqueda de la verdad, la moral y el propósito. La naturaleza rinde homenaje a su Creador ya que muestra su obra (Salmo 19:1-6; 139:14; Romanos 1:19-20). La gloria del Dios incorruptible no es nada que se pueda desechar a la ligera.
–Brigham Eubanks