El apóstol Pablo usa un lenguaje un poco diferente para describir el propósito bíblico del bautismo. Afirma que el bautismo mandado por Jesús es “para que el cuerpo del pecado sea destruido” (Romanos 6:6). Pedro dijo que el bautismo es “para perdón de los pecados” (Hechos 2:38); Pablo dice que es “para que el cuerpo del pecado sea destruido”. Ambos están diciendo lo mismo, pero usan una terminología diferente.
Pablo luego agrega que aquellos han “obedecido de corazón a aquella forma de doctrina” están “libertados del pecado” (Romanos 6:17-18). En el contexto, esta “forma de doctrina” se refiere al bautismo (Romanos 6:3-7). Cuando los cristianos en Roma se sometieron obedientemente al ser sumergidos en agua para el perdón de los pecados, fueron “libertados del pecado”.
Por contraste, muchas iglesias de hoy enseñan que la salvación se recibe por “la fe sola” o cuando uno simplemente acepta a Jesús como Señor y Salvador en su corazón. Es interesante notar que las palabras “fe solamente” se encuentran juntas sólo una vez en la Versión Moderna y en otras versiones españolas de la Biblia. Allí dice: “Veis pues que por obras es justificado el hombre, y no por fe solamente” (Santiago 2:24, VM).
Mi esposa fue miembro de la Alianza Cristiana y Misionera en su Perú natal durante varios años antes de mudarse a España. Comenzó a asistir a los quince o dieciséis años, cuando “aceptó a Jesús como su Señor y Salvador personal”. Ella no fue bautizada por un “testimonio público” hasta aproximadamente nueve años más tarde. El retraso en el bautismo se debió, al menos en parte, a la enseñanza de que la salvación es “por la fe sola”. Esto hace que el bautismo sea opcional y no una cuestión de urgencia.
En la Alianza y en otras iglesias, a muchos se les hace creer que, aunque uno debe someterse al Señor en el bautismo, en realidad no es esencial para la salvación. Por esta misma razón, las personas a las que se les enseña que la salvación es por la fe sola, esperan semanas, meses e incluso años (como mi esposa) antes de ser bautizadas. Cuando finalmente bautizan a los candidatos interesados, no es “para perdón de los pecados” (Hechos 2:38), sino para un “testimonio público”.
Un querido amigo y hermano en Cristo que era testigo de Jehová me dijo que en la década de 1970, él y otros muchos testigos hicieron un largo viaje desde el sur de España a Bruselas, Bélgica, para ser bautizados en un estadio allí. Varios miles de diferentes áreas de Europa fueron bautizados ese día. ¿Fue un evento emocionante? ¡Sin duda! Pero los testigos, al igual que la gran mayoría de las iglesias protestantes, enseñan que el bautismo no es esencial para la salvación. Aquel día, miles se bautizaron para un testimonio público.
Por contraste, al igual que los primeros cristianos en Roma, usted puede ser “libertado del pecado” cuando es “obediente de corazón” a la enseñanza bíblica con respecto al bautismo (Romanos 6:3-7,17,18). ¿Por qué no obedecer a Cristo hoy?
–Jerry Falk