¿Le gustaría que la gente siempre dijera cosas buenas de usted? Si es así, ¡siga esta estrategia eficaz!
(1) Jamás corrija a nadie por sus creencias.
(2) Nunca se refiera a nada como “pecado, pecaminoso, malvado” ni “equivocado”.
(3) Dígales a todos que “la verdad absoluta no existe” o que “cada uno tiene su propia verdad”.
(4) Dígales a la gente religiosa que “todos los caminos son igualmente válidos para llegar a Dios”. (En otras palabras, “todos los caminos llegan a Roma” o “todos los ríos se desembocan en el mar”.)
(5) Dígales que irán al cielo, crean lo que crean y vivan como vivan. Dicho de otra manera, dígales que “no tienes que creer lo que dice la Biblia para ir al cielo”.
(6) Dígales que “no importa lo que uno crea mientras sea sincero”.
(7) Dígales a los agnósticos (los que dudan de la existencia de Dios) y a los ateos (los que niegan su existencia) que, en realidad, la fe en Dios no es necesaria.
Por otra parte, quizá le gustaría considerar lo que Jesús dice del asunto. En el evangelio de Lucas el Señor dice: “¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!, porque de la misma manera trataban sus padres a los falsos profetas” (Lucas 6:26).
No se sorprenda cuando la gente le rechace o ridiculice por decirles la verdad. Nadie conocía esto mejor que Jesús (1 Pedro 2:19-24). Si somos fieles a Dios y su palabra, tarde o temprano enfrentaremos algún tipo de oposición. “Y en verdad, todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, serán perseguidos” (2 Timoteo 3:12).
–Jerry Falk