La salvación y el “asentimiento mental”
Muchos hablan de la salvación en Cristo como si la obediencia no tuviera nada que ver. La idea parece ser que Dios ya lo ha hecho todo y que lo único que nos queda por hacer es simplemente “aceptar” la muerte redentora de Jesús para el perdón de los pecados.
De acuerdo con esta creencia, el momento en que uno recibe de Dios el regalo de salvación se ve simplemente como una cuestión de “asentimiento mental” (es decir, coincidir intelectualmente con lo que Dios ha revelado acerca de Jesús) sin ninguna otra acción de nuestra parte. Para muchos, ir más allá de esto significaría “salvación por obras” o que es condicional. Algunos incluso descartan la necesidad del arrepentimiento (es decir, un cambio de mente o de parecer) para recibir la salvación.
¿Qué papel, si lo hay, tiene la obediencia en la salvación? ¿Qué tiene que decir la Biblia sobre este asunto?
“La obediencia a la fe”
Cuando el verdadero evangelio de Cristo se predica a todas las naciones y se recibe con humildad, invariablemente conduce a “la obediencia a la fe” (Romanos 1:5; 16:26). Dios quiere que “todas las naciones” obedezcan las condiciones que Él ha establecido para que puedan ser salvas, y no simplemente que acepten a Jesús en sus corazones como su Señor y Salvador personal. ¡Recibir el regalo de salvación de Dios requiere más que un “asentimiento mental”!
Nuevamente, Pablo y otros cristianos fieles predicaron el verdadero evangelio de Cristo a “a todas las gentes para que obedezcan a la fe” (Romanos 16:25-26). El objetivo de la proclamación de las buenas nuevas no es simplemente alentar a las personas a aceptar mentalmente la muerte redentora de Cristo. Su objetivo es incitarlas a ACTUAR de acuerdo con su fe al someterse humildemente a Dios en el bautismo.
La condicionalidad de la salvación
Esta es exactamente la razón por la que Jesús dijo: “id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19). Jesús mencionó el bautismo como una de las condiciones por las cuales “todas las naciones” serían conducidas a “la obediencia a la fe” y entrarían en una relación de salvación con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Hay un solo evangelio que se predicaría a todas las naciones… e incluía el bautismo (Marcos 16:15-16; Hechos 8:35-36).
Otros que “obedecían a la fe”
De acuerdo con esto, Hechos 6:7 nos dice que muchos de los sacerdotes judíos “obedecían a la fe”. ¿Qué hicieron exactamente? Si tomamos en cuenta Hechos 2:37-41, ellos creyeron, se arrepintieron y se sumergieron en agua para el perdón de los pecados, al igual que el resto de las personas que recibieron de Dios el regalo de la salvación.
–Jerry Falk