¿Es razonable la fe en el evangelio de Jesús? ¿O deberíamos preocuparnos siquiera por esperar que la razón tenga algo que ver con la fe? Cada vez más, la fe se imagina popularmente como algo entre una fuerte intuición y meras buenas intenciones.
Lo que pensaron los primeros predicadores del evangelio
¿Qué pensaron los primeros heraldos del evangelio (los apóstoles) acerca de esta pregunta? Observe las tácticas de Pablo al predicar el evangelio: “Y Pablo, según su costumbre … discutió [“razonó”, Versión Moderna] con ellos basándose en las Escrituras, explicando y presentando evidencia de que era necesario que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos, y diciendo: Este Jesús, a quien yo os anuncio, es el Cristo” (Hechos 17:2-3 LBLA; comparar Hechos 18:4). Pablo nunca esperó que los oyentes tuvieran una “fe ciega”. Razonó, persuadió y presentó evidencia.
Una fe basada en realidades históricas
Considere también la introducción al evangelio de Lucas: “Por cuanto muchos han tratado de compilar una historia de las cosas que entre nosotros son muy ciertas, tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra, también a mí me ha parecido conveniente, después de haberlo investigado todo con diligencia desde el principio, escribírtelas ordenadamente, excelentísimo Teófilo, para que sepas la verdad precisa acerca de las cosas que te han sido enseñadas” (Lucas 1: 1-4, LBLA). Nuevamente, subrayamos frases importantes que revelan una suposición subyacente de que la fe en Cristo debe basarse en la evidencia de realidades históricas: testigos, una investigación completa, la verdad precisa.
No basada en las experiencias personales
Los apóstoles nunca esperaron que la gente creyera su mensaje por motivaciones subjetivas. Considere el patrón coherente de enfatizar la evidencia de testigos oculares. Pedro proclamó en Hechos 2:32: “A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos”. Véase también Hechos 3:14-15; 10:39-41; 13:30-31; 1 Juan 1:1-3; 2 Pedro 1:16-18.
¡La verdadera fe descansa sobre evidencias!
También se podría decir mucho acerca de la forma en que enfatizaron el cumplimiento de la profecía y sobre los milagros que realizaron para confirmar el mensaje. El punto principal, en este momento, sin embargo, es que la fe bíblica por naturaleza se basa en la evidencia. Son noticias maravillosas: ¡el mensaje más grande y lleno de gracia que el hombre jamás haya escuchado es también un mensaje verdadero y creíble!
–Brigham Eubanks