Si una persona es religiosa, ¿es eso suficiente para salvarla? Si usted es un individuo muy religioso, ¿significa eso que irá automáticamente al cielo? Creo que muchos responderían “sí” a estas preguntas, pero ¿qué tiene que decir la Biblia sobre este asunto?
Aquellos que desean entrar en el reino de los cielos
Considere a las personas descritas por Jesús en Mateo 7:21-23: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”.
¿De qué clase de personas habla Jesús?
Mire cuidadosamente los versículos anteriores otra vez. ¿Eran estas personas religiosas? Sí. ¿Creyeron en Jesús? Sí. ¿Estaban convencidas de que lo que estaban haciendo fue por su autoridad (es decir, en su nombre)? Sí. Pero Jesús no las reconoció. De hecho, Él dice que practicaban “maldad” y, por consiguiente, no se les permitiría entrar en el reino de los cielos. ¿Cómo puede ser esto? Simplemente porque Jesús dijo que los hombres deben “hacer” (obedecer) la voluntad del Padre en el cielo para ir al cielo.
El deseo y la oración de Pablo
A continuación, notemos el texto de Romanos 10:1-3. “Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios”.
El apóstol Pablo aquí habla de sus compañeros judíos que continuaban siguiendo la ley de Moisés en lugar de la ley de Cristo (Romanos 10:4-5). ¿Eran estos judíos religiosos? Sí. ¿Estaban celosos de Dios? Sí. Sin embargo, buscaron establecer su propia justicia y se negaron a someterse a la justicia de Dios. (Vea Romanos 1:16-17; 3:21-22.) ¿Estaban salvos? No. Porque Pablo dijo que el deseo y la oración de su corazón era “para [su] salvación” (Romanos 10:1).
Un hombre religioso que no fue salvo
Entonces, finalmente, echemos un vistazo a Hechos 10. Aquí leemos acerca de un hombre llamado Cornelio que se nos describe como: “piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre” (Hechos 10:2). ¿Estaba salvo este hombre muy religioso? No. Porque un ángel de Dios le ordenó que enviara al apóstol Pedro, quien “te hablará palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu casa” (Hechos 11:13-14). Por lo tanto, él y su casa estaban perdidos. Necesitaban oír y responder al evangelio para ser salvos (Romanos 10:13-17; 1 Timoteo 2:3-4).
Después de oír evangelio, fueron bautizados “en el nombre del Señor Jesús” (Hechos 10:48) para recibir “perdón de pecados” (Hechos 10:43; comparar Hechos 2:38). Todo esto coincide exactamente con la gran comisión del Señor: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado” (Marcos 16:15-16, LBLA).
¿Qué piensa usted? ¿Es suficiente ser una persona religiosa?
–Jesse Flowers