Un predicador estadounidense llamado George Washington Burnap (1802-1859) escribió una vez que los elementos esenciales de la verdadera felicidad en esta vida son “algo que hacer, algo que amar y algo en el cual esperar”.
“Algo que hacer”
Dios dijo: “Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado” (Isaías 43:7). El profeta Isaías indica aquí que aquellos que pertenecen al pueblo de Dios se esfuerzan por vivir de tal manera que le den honra ante los ojos de todos hombres. Para glorificar a Dios, le respetan y obedecen sus mandamientos (Eclesiastés 12:13-14). La verdadera felicidad y el propósito se encuentran en servir humildemente a Dios de acuerdo con Su voluntad revelada en la Biblia.
“Algo que amar”
Mientras Jesús estaba en la tierra, resumió este segundo elemento esencial en cuatro versículos cortos: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Éste es el primero y grande mandamiento” (Mateo 22:37-38). Si amamos a Dios, también amaremos a nuestro prójimo. Jesús continuó diciendo: “Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas” (Mateo 22: 39-40). Ver también: Juan 14:23 y 1 Juan 5:3.
“Algo en el cual esperar”
El apóstol Pedro habló de este último punto cuando dijo: “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos” (1 Pedro 1:3). Jesús mismo es descrito por el apóstol Pablo como “nuestra esperanza” (1 Timoteo 1:1).
En definitiva, estos tres elementos esenciales para la verdadera felicidad se pueden resumir en una sola persona: ¡DIOS!
–Jerry Falk