Términos definidos
Comunión significa “participación” (Strongs). Pablo usa una palabra parecida cuando dice: “¿Qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?” (2 Corintios 6:14). Sus preguntas son retóricas. La respuesta es ninguno/a.
En un sentido espiritual, la palabra “tinieblas” se usa para referirse a la ignorancia, el error (Juan 3:19; Romanos 2:19) y el estado o condición del que está en pecado (Mateo 4:16; Lucas 1:79) En Dios “no hay ningunas tinieblas” (1 Juan 1:5) y aquellos que desean ser como él también se esforzarán por imitar este atributo divino.
Como vimos anteriormente, aquellos que desean ser luces se niegan a participar en el error religioso y el pecado. Entienden que el reino de las tinieblas pertenece a Satanás (Efesios 6:12) y que deben mantenerse lo más lejos posible.
Muchos “aman” las tinieblas
Uno pensaría que la aversión de la humanidad a la oscuridad física se trasladaría al reino espiritual, pero, desafortunadamente, ¡este no es el caso! Muchas personas prefieren la oscuridad de la ignorancia espiritual y la desobediencia a la luz de la palabra de Dios.
De hecho, su deseo de retener actitudes y hábitos pecaminosos es tan fuerte que Jesús usa la palabra griega AGAPAO para describir su “amor” por las tinieblas. Él dice: “Y ésta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas” (Juan 3:19). La idea es que encuentran alegría y placer en el pecado hasta tal punto que lo consideran con gran afecto.
No es de extrañar, pues, que el apóstol Juan diga: “No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él” (1 Juan 2:15) No debemos dejarnos aferrar con afecto a las cosas pecaminosas de este mundo.
Algunos eligen dejarlas
Debido a esta preferencia casi universal del mal sobre el bien, muchos se encuentran en el “dominio de las tinieblas”, el cual pertenece a Satanás (Colosenses 1:13). ¡Pero algunos eligen dejarlo! Los cristianos en Colosas abandonaron el dominio de la ignorancia y del error y fueron “trasladado[s]” al reino del hijo amado de Dios cuando fueron “sepultados con [Cristo] en el bautismo” y recibieron el perdón de los pecados (Colosenses 2:12-13; compárese con Hechos 2:38).
Estimado lector, si está en la luz, haga todo lo que esté a su alcance para evitar participar en los “obras infructuosas de las tinieblas” (Efesios 5:11). Sin embargo, si todavía se encuentra en la oscuridad del pecado y la desesperación, ¿por qué no viene a la luz? Crea en Cristo (Juan 8:24), arrepiéntase (Hechos 17:30) y bautícese para el perdón de tus pecados (Hechos 2:38;22:16).
–Jerry Falk