Hace varios años, mi hija, Eli, me habló de algunos comentarios intelectualmente provocadores de su profesor de química de la escuela secundaria. Justo en medio de su clase, dijo algo como: “El Big Bang no tiene sentido. La evolución no tiene sentido. No se puede conseguir orden del caos. Si arrojáramos un montón de piedras en una habitación y creáramos una explosión, no nos produciría un televisor de pantalla plana. Los humanos pueden hacer televisores, pero no han logrado hacer ni una sola célula del cuerpo humano”.
Me alegra de que un maestro en una escuela secular se haya sentido libre de decir esto en su clase de química. ¿Se prohibirán tales comentarios en el futuro como una violación de la separación de la iglesia y el estado? No me sorprendería.
En mayo de 2010, se nos dice que el famoso genetista J. Craig Venter y su equipo dieron a conocer la primera bacteria parcialmente sintética, conocida como “Mycoplasma laboratorium”. Para ello, utilizaron el genoma de otra bacteria, lo modificaron y luego implantaron el genoma en una célula vacía. Después de esto, la célula “arrancó y comenzó a producir copias de sí misma según las instrucciones genéticas implantadas” (http://www.popularmechanics.com/science/sciences-greatest-unsolved-mysteries-creating-life#slide- 4).
Como señala este artículo de Popular Mechanics, Venter “no creó la vida”. Para “hacer” la vida, primero tuvo que empezar con ella. De nuevo, usó parte del genoma de otra bacteria para crear su propia bacteria. ¿Por qué los científicos no intentan crear la vida a partir de aquello que no es vida? Después de todo, ¿no es así como dicen que comenzó la vida? ¿Por qué no comenzar sus experimentos con el “montón de piedras” mencionado en la ilustración del profesor de química?
¿Qué pasaría, sin embargo, los científicos algún día pudieran crear una criatura viva a partir de sustancias no orgánicas en el laboratorio? Bueno, esto sólo probaría el antiguo adagio de que “la vida engendra vida”. ¡Se necesitaría un ser vivo que respira para hacerlo! Con respecto al organismo sintético de Venter, se calcula que costó cuarenta millones de dólares y lo equivalente de 200 años de trabajo en equipo(https://en.wikipedia.org/wiki/Mycoplasma_laboratorium). ¡Eso es mucho dinero y horas trabajando en el laboratorio para “crear” sólo una bacteria usando el genoma de otra bacteria!
Crear una célula viva en el laboratorio a partir de materia no viva está mucho más allá de la capacidad humana. Los estudios científicos de los organismos vivos menos complejos parecen sugerir que están compuestos de varios cientos de miles a varios millones de bits de información, todos arreglados de forma ordenada.
En cuanto a mí, no tengo suficiente fe para creer que la vida pudiera surgir por casualidad en alguna parte del universo. Se necesitaría a Alguien infinitamente más inteligente que los humanos para conseguir orden y vida a partir de una explosión caótica de gases inorgánicos. Otros pueden calificarme de tonto o fanático religioso, “pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído” (1 Timoteo 1:12). Prefiero aferrarme a mi religión … y ellos son libres de aferrarse a la suya.
“Toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios” (Hebreos 3:4).
–Jerry Falk