“La lámpara del cuerpo”
En una sección de su Sermón del Monte, Jesús se refiere a lo opuesto de tener doble ánimo, aunque usa una metáfora diferente. En Mateo 6:22, dice: “La lámpara del cuerpo es el ojo; por eso, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz” (LBLA).
El ojo es la mente
El “ojo” en este versículo no es el origen de la luz sino la ventana a través de la cual la luz entra en el “cuerpo” (o vida) de uno. Corresponde al “corazón” (o mente) en el versículo anterior (Mateo 6:21). Allí, Jesús indica que el enfoque principal de nuestros pensamientos y acciones en esta vida terrenal, el deseo de nuestro “corazón”, debe ser “hace[r] … tesoros en el cielo” (Mateo 6:20).
Una mente “sana” contra la “mala”
Si el enfoque de nuestra mente está en el cielo y está “sana”, permitirá que la luz de la palabra de Dios penetre, y todos los aspectos de nuestra vida se beneficiarán. Si nuestra mente es “maligna” (o “mala”, Mateo 6:23, LBLA), todas las facetas de nuestra vida sufrirán. Las lentes de los ojos que se han vuelto progresivamente opacas, una condición médica conocida como “cataratas”, no permiten que la luz penetre. Del mismo modo, una mente enferma dedicada al egoísmo, la codicia y otras formas de pecado no permite que entre la luz de la palabra de Dios.
Capaz de centrarse principalmente en una cosa
La palabra “sano” en Mateo 6:22 (LBLA) se puede traducir como “sencillo” y se usa “del ojo que no ve doble” (The Complete WordStudy Dictionary). El hombre religioso avaro trata de enfocarse en “Dios” y en “las riquezas”, lo que, según Jesús, no se puede hacer (Mateo 6:24). Por contraste, aquel cuya visión es “sencilla” (y no doble) se enfoca principalmente en Dios y usa sus posesiones para servir a él y a los demás.
La mente de aquellos cuyo ojo está “sano” (Mateo 6:22, LBLA) ve las cosas correctamente; ellos conocen el camino y no tropiezan. Se enfocan en “la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios” (Hebreos 11:10,26). Confiesan que son peregrinos aquí en la tierra (Hebreos 11:13) y, por lo tanto, pueden fijar sus ojos en lo que realmente importa y hacer que sea su prioridad (Eclesiastés 12:13).
Usted también puede tener una mente hermosa. ¿Por qué no hacer de Dios y su palabra su enfoque principal en la vida?
–Jerry Falk